Descripción:
Un objeto extrañamente refinado para lo que hace. Esta copa de vino está forjada con una antigua sustancia cristalina, cuyo nombre se ha perdido en las arenas del tiempo. Tallada en su superficie está la Escritura del Primigenio, cuyo recuerdo perdurable es lo que hace que este cáliz sea… diferente.

Bastante elegante ¿No?
Cada vaso tiene una estructura ligeramente diferente. Proporciones alteradas, texturas especiales… Pero todas funcionan igual.
En realidad es bastante divertido. Tradicionalmente, se bebía algo como esto. Pero bebe de ti. No te preocupes. Sólo un poco de saliva por aquí, un poco de líquido cefalorraquídeo por allá. Apenas lo notarás.
Suficientes personas en el mismo lugar, suficientes líquidos absorbidos a la vez, los vasos de oración pueden trabajar juntos. Formando un entramado de pensamiento puro, los hilos del tiempo se cortan temporalmente, permitiendo que cierto ser llegue a nuestro mundo.
Solo quedan unos pocos vasos de oración, tal vez media docena. Las invocaciones corren el riesgo de daños a la propiedad, lo que a menudo hace que los vasos se rompan.
Pero vale la pena. Cuantas más veces lo traigamos de vuelta, más tiempo puede quedarse. Y podemos disfrutar de su gloria una vez más.
Las Memorias Escondidas:
Consequitis Porphallin Gorenell, Hamfuillaen Storbiwen
Enfusiscol Inpartelsion Viestells
Oatcelles Fonparweist Xeipollovs, Nenpardent Tressellis Mephorisgal
Nuestro Señor:
Tiene varios nombres. El Primitivo. El Viejo Miedo. El Primer Peligro. En realidad, son todos iguales. Este gran pseudobraquiador fue el primero en reclamar el título de "monstruo". Todos los demás son sólo pretendientes, utilizando su nombre para invocar un miedo inmerecido.
Carne de hombre. Sangre de arpía. Lengua de víbora. Garras de halcón. Colmillos de tiburón. 8 pies de altura, sentidos afinados, absolutamente silencioso cuando caza…
Realmente es el depredador perfecto.
Sólo quiere volver, al reino que lo rechazó injustamente e hizo todo lo posible por olvidar la grandeza que aportó. Así que toma un vaso, amigo mío, y brindemos. Brindemos por un tiempo olvidado, para que sea recordado.
